Un niño de nuestro tiempo

Michael Tippett, destacado compositor británico conocido por su profunda exploración de temas sociales y personales, se vio profundamente afectado por los terribles sucesos de la Kristallnacht de 1938. Este pogromo orquestado por los nazis, caracterizado por el violento ataque a personas y propiedades judías en toda Alemania, encendió una tormenta de indignación en Tippett, obligándole a canalizar sus emociones en una poderosa respuesta musical.

El resultado fue Un niño de nuestro tiempo, un oratorio a gran escala compuesto entre 1939 y 1941. Además de componer la música, Tippett escribió el libreto, tejiendo una narración que trascendía la tragedia específica de la Kristallnacht para abordar la cuestión más amplia del destino individual bajo el aplastante peso de la opresión social.

En el corazón del oratorio está el "Niño de nuestro tiempo", una figura simbólica que representa a los innumerables individuos atrapados en el punto de mira de los prejuicios y la injusticia sociales. La obra explora las luchas y penurias a las que se enfrenta esta figura, su búsqueda de identidad y pertenencia en un mundo que parece decidido a excluirlos.

Tippett, defensor de la justicia social y la igualdad, trató de amplificar las voces de los marginados a través de su música. Incorporó al oratorio varios espirituales negros muy conocidos, entre ellos el emblemático "Go Down, Moses" y "Steal Away". Nacidos de las experiencias de los afroamericanos que se enfrentaban a la opresión en Estados Unidos, estos espirituales resonaron profundamente con las propias creencias de Tippett y sirvieron para conectar las luchas de diferentes comunidades más allá de las fronteras geográficas y culturales.

A Child of Our Time fue estrenada el 19 de marzo de 1944 por los coros de la Defensa Civil de Londres y del Morley College con la Orquesta Filarmónica de Londres, dirigida por Walter Goehr, en el Royal Adelphi Theatre de Londres. Sirvió como conmovedor recordatorio del coste humano del odio y los prejuicios, y ofreció un mensaje de esperanza y resistencia ante la abrumadora adversidad. Hoy sigue resonando entre el público, como testimonio del poder duradero de la música para hacer frente a la injusticia social.