Paul Morgan
Paul Morgan fue una de las estrellas más famosas de los años 20’ y fue co-fundador de uno de los cabarets más ilustres de la Alemania de Weimar: el “Kadeko” de Berlín. A pesar de las invitaciones de Hollywood y el contacto con artistas, intelectuales y políticos de toda Europa Central, Morgan se rehusó a abandonar su tierra natal hasta que ya fue demasiado tarde. Lo arrestaron en marzo de 1938 y falleció de agotamiento pocos meses después en Buchenwald, donde muchos de sus ex-compañeros del cabaret también estaban encerrados con él.
Nació en 1886 en Viena en el marco de una familia austriaca judía. Georg Paul Morgenstern fue bautizado y criado como católico. Convencido desde niño que quería dedicarse a la vida en el escenario, Morgan estudió teatro y literatura y comenzó a actuar en teatros y cabarets pequeños antes de la Primera Guerra Mundial.
Durante la guerra, el pacifista Morgan logró evitar que lo convocaran puesto que tenía pie plano. También consiguió su primera gran oportunidad cuando reemplazó al reclutado Fritz Grünbaum en el cabaret ‘Simpl’. En 1917 se casó y pocos años después empezó una carrera exitosa en el cine. A principios de 1920, Morgan se había convertido en un reconocido actor, cantante, escritor (compuso canciones con artistas como Willy Rosen) y organizador de teatro. Junto con Kurt Robitschek abrió el famoso ‘Cabaret de Cómicos’ (en alemán, Kabarett der Komiker, abreviado a ‘Kadeko’) en Berlín.
El cabaret intentaba ser una combinación innovadora del espectáculo de variedades y del teatro íntimo, y se convirtió en uno de los escenarios principales de la comedia de Europa. Hacia fines de 1920, con mucho éxito, los dos hombres mudaron su espectáculo a un nuevo teatro grande ubicado en el centro de la capital alemana. Para entonces, la mayoría de los artistas de cabaret famosos de la época habían actuado en su escenario. Ampliaron su alcance e incluyeron actuaciones de famosas estrellas internacionales. Simultáneamente intentaban negar la creciente presión de la extrema derecha.
Un año después de cambiar de lugar, muchos periódicos pusieron al cabaret en la lista negra y se rehusaron a imprimir sus anuncios. Los dos hombres sintieron un ataque económico y social. Poco después, las SA invadieron físicamente su teatro y subieron al escenario mientras el cabaret representaba una sátira en contra de Hitler. Esa fue para Morgan la gota que rebalsó el vaso y decidió abandonar Alemania.