Belzec
En un pequeño pueblo al sureste de Lublin, Polonia, junto al río Bug, el 1 de noviembre de 1941, un grupo de trabajadores polacos comenzó a construir varias barracas de madera. El pequeño sitio fue el primer campo nazi que tuvo cámara de gas permanente y fue el campo modelo para la Operación Reinhard (nombre en clave que se atribuyó a tres campos de exterminio para aniquilar a los judíos de Polonia). De los más de 400.000 judíos que llegaron a la estación del ferrocarril de Bełżec (denominada así por su ciudad vecina), sólo un testigo ocular sobrevivió.
A través de experimentos llevados a cabo en Bełżec, se desarrollaron los métodos más eficientes de transporte, procesamiento y asesinato de judíos bajo las órdenes del oficial de las SS Christian Wirth, quien se había familiarizado con las técnicas de matanza por medio de su trabajo en el programa de eutanasia nazi conocido como T-4. BełżecBelzec, que era el modelo de los otros campos de la Operación Reinhard, Sobibor y Treblinka, fue dividido en dos partes. En el Campo I estaban los edificios administrativos y los cuarteles del personal y en el Campo II, las cámaras de gas. Al principio, el campo tenía tres cámaras de gas pequeñas en una sola barraca. Fueron testeadas por primera vez hacia fines de febrero de 1942 y, al mes siguiente, comenzó la operación a gran escala. El 17 de marzo de 1942, comenzaron a llegar los judíos de Lublin y Lvov y luego de Cracovia y de Galicia oriental. Los trenes continuaron llegando regularmente hasta diciembre de ese año. Durante esos traslados de verano, de Cracovia a BełżecBelzec, fue asesinado el famoso compositor y poeta idish Mordechai Gebirtig. Bajo la creciente presión de lidiar con un gran número de víctimas, las instalaciones destinadas a las matanzas se modificaron y se ampliaron. El campo fue finalmente desmantelado y destruido en el invierno de 1943.
La información limitada que tenemos hoy sobre Bełżecelzec proviene casi en su totalidad de los informes del testigo que sobrevivió, Rudolf Reder, quien pasó cuatro meses en el campo hasta que se escapó en el verano de 1942 saltando de un camión y ocultándose con una familia cristiana. Reder publicó sus memorias sobre Bełżec en Polonia en 1946, y allí señaló varios ejemplos sobre cómo se utilizaba la música para torturar y desorientar a las víctimas judías.
Como otros campos de exterminio, Bełżecelzec tenía una pequeña orquesta que tocaba fundamentalmente durante el proceso de exterminio y también para entretenimiento de las SS durante los encuentros habituales de alcohol y libertinaje. Los domingos por la noche llevaban a los músicos a las barracas de las SS para que tocaran. Además, antes de que aquellos prisioneros que habían sido seleccionados como trabajadores temporales recibieran sus escasas raciones, eran obligados a cantar para las SS como acompañamiento de la orquesta. La banda contaba con seis miembros, incluyendo violín, flauta y acordeón. Normalmente tocaba en el espacio entre las cámaras de gas y las fosas masivas. De esta manera, la remoción de cadáveres de un lugar a otro se podía hacer con música. También tocaban cuando llegaban los trenes con el fin de engañar a los judíos recién llegados, para que pensaran que habían llegado a un campo de trabajo. La rotación de la orquesta debe haber sido alta. Toda la orquesta fue asesinada en la primavera de 1942 y luego se volvió a crear; algo que presumiblemente sucedió varias veces durante la corta existencia del campo. No hay registros de los nombres de los músicos ni tampoco de cuántos tocaron en total en estos "conciertos". Reder hizo referencia a un violinista, que había sido General del ejército austríaco, Caballero de la Cruz de Hierro y encargado de los comandos de trabajo judíos. Reder también describió el tormento y el asesinato del Presidente del Judenrat en Zamosc, que se llevó a cabo al ritmo de la banda. Parece que allí era política frecuente separar a los líderes judíos y torturarlos mientras sus comunidades eran asesinadas ante sus ojos y mientras la orquesta tocaba la canción "Todo pasa, todo pasa".