Gurs
Originalmente establecido como un centro de internamiento para refugiados de la Guerra Civil Española, el campo de concentración de Gurs estaba ubicado al sudoeste de Francia, en una zona aislada no ocupada. Con la derrota de los franceses ante los nazis, se convirtió en el mayor campo de internamiento para judíos extranjeros en dicha zona. Los cientos de hombres, mujeres y niños judíos que murieron allí de hambre, por enfermedad y abuso fueron las primeras víctimas del Holocausto en Francia, asesinadas por los franceses más que por la crueldad alemana. Sin embargo, los números quedaron pequeños ante los miles de prisioneros deportados desde allí directamente hacia la muerte o hacia la ‘sala de espera para Auschwitz’, el campo de tránsito de Drancy.
Cuando Franco se declaró dictador de España en 1939, muchos antifascistas huyeron desde los Pirineos hacia Francia. Una vez allí, estos ‘inmigrantes’ fueron encerrados en el campo de Gurs, erigido a toda prisa, y también en varios otros campos de internamiento. En total, miles y miles de españoles fueron retenidos allí antes de que el armisticio con Alemania cambiara radicalmente el carácter del campo. En 1940 Gurs desalojó a sus primeros prisioneros políticos españoles y se preparó para el traslado de judíos desde Francia, especialmente para judíos expulsados de Alemania y Bohemia. Para casi todos estos prisioneros judíos, Gurs fue la primera etapa de su viaje hacia Drancy y luego hacia Auschwitz.
Durante la mayor parte de su existencia, el campo albergó a más mujeres que hombres, y también a muchos niños y ancianos. Habitualmente las mujeres y los niños eran enviados aquí mientras que los hombres sanos eran trasladados a distintos campos de trabajo forzado. De las más de 21.000 personas que pasaron por Gurs entre octubre de 1940 y su cierre en noviembre de 1943, 1.700 fueron liberadas, 755 escaparon y alrededor de 1.500 emigraron con éxito.
A pesar de las inhóspitas condiciones de vida, se dice que hubo una vida cultural rica y una red de apoyo entre los internos de Gurs. Por épocas, se les permitía a los prisioneros recibir ayuda de los franceses y de organizaciones de socorro protestantes y judías, que distribuían provisiones adicionales y ayudaban a organizar la emigración desde Francia. Se establecieron escuelas temporarias, una pequeña biblioteca y un grupo de teatro y una orquesta. Sobrevivieron registros de las exhibiciones artísticas realizadas por los prisioneros, sancionadas oficialmente, y de revistas teatrales con canciones en idish.
Referencias
Rovit, R., 2005. Cultural Ghettoization and Theater during the Holocaust: Performance as a Link to Community. Holocaust and Genocide Studies, 19(3), 459-486.
Silverman, J., 2002. The Undying Flame: Ballads and Songs of the Holocaust, Syracuse University Press.
Zuccotti, S., 1993. The Holocaust, the French and the Jews, New York: Basic Books.