Kurt Gerron
En un pequeño teatro de Berlín, en el verano de 1928, se levantó el telón de un escenario vacío y el reflector apuntaba hacia el actor y cantante Kurt Gerron. A medida que su cuerpo grande se movía al ritmo de la música de una pequeña orquesta, su voz retumbaba:
Ay, querida, el tiburón tiene unos dientes…
Y se ven blancos como perlas.
Sólo tiene una navaja el viejo MacHeath, nena
Y la mantiene fuera de la vista…
Ésa fue la noche del estreno de una de las mejores producciones teatrales del siglo XX: “La ópera de los tres centavos” (o Three Penny Opera) de Kurt Weill y Bertolt Brecht. Éste también fue un gran momento para el mismo Gerron, quien hacía el papel de jefe de policía Brown, cuyo famoso apodo era “Tiger Brown”. El shock inicial que generó la obra prontamente se transformó en entusiasmo. La multitud pedía más y “Mack the Knife” se convertiría en una de las mejores canciones de la era de Weimar. Catorce años después, Kurt Gerron cantó esas famosas líneas por última vez; en esta ocasión, frente a una cámara de cine y a un grupo de oficiales nazis. En Theresienstadt, el Tiger Brown original cantó por última vez la historia de asesinato y terror en un pueblo alemán para una película de propaganda realizada por el mismo Gerron bajo las órdenes de las SS -antes de que él también fuera enviado a Auschwitz, como tantos actores, músicos y artistas que se perdieron en la “Solución Final” de Hitler.
Kurt Gerron, artista de cabaret, actor de teatro y cine, e importante director de teatro y de las primeras películas sonoras, fue uno de los artistas más exitosos de los años 20’ y principios de 1930. Nació el 11 de mayo de 1897 en una familia judía de Berlín de clase media. Su padre era confitero y su madre, ama de casa y docente de su único hijo. Luego de servir en el ejército durante la Primera Guerra Mundial, Gerron decidió estudiar medicina y apoyó la Revolución de Noviembre izquierdista. Luego de terminar la facultad de medicina en 1920, decidió dedicarse a la actuación, convencido de que “los doctores y los actores tienen algo en común: observan a la gente”. Un año más tarde, se unió al cabaret ‘Wild Stage’ de Trude Hesterberg, el primero de varios cabarets ilustres a los que se unió. Poco después, conoció y se casó con Olga Meyer, con quien tuvo una relación de por vida. En 1926 inició una relación de trabajo turbulenta con Bertolt Brecht, y a menudo actuaba con su amigo Willy Rosen, escribía sketches anti-nazis o influenciados por el socialismo.
En 1927, Gerron hizo su primer papel en cine; género que comenzó a ser más importante en su carrera. Solamente ese año, participó en más de veinte películas. Después del éxito de “La ópera de los tres centavos”, comenzó a hacerse famoso, y a principios de 1930 ya era conocido como director de cine. También hizo un papel en la película clásica “El ángel azul” de 1930; la misma película que dio inicio a la carrera de Marlene Dietrich. Adinerado y exitoso, Gerron vivía bien en Berlín a principios de 1930, y se rehusaba a reconocer el creciente peligro del Partido Nazi, aunque puso en escena obras de teatro políticas, que explícitamente se burlaban de Hitler y de las SA (o camisas morrones).
Ni bien subió al poder el Partido Nazi, la carrera de Gerron en Alemania se terminó. Obligado a dejar de trabajar en su película de aquel momento, se exilió primero en París por dos años y luego en Viena. Sin embargo, Austria cada vez más estaba bajo el control nazi, y en octubre de 1935, Gerron y su esposa se mudaron a los Países Bajos. Dicho destino era popular entre muchos refugiados alemanes, no sólo por las semejanzas lingüísticas y culturales, sino también por su política relativamente generosa frente a los inmigrantes alemanes y austríacos. En particular, estos refugiados de Hitler pusieron manos a la obra y fortalecieron la industria del cine holandés. Se filmó una cantidad récord de películas en Holanda entre 1934 y 1940; muchas bajo la dirección de Gerron.
Cuando Alemania finalmente ocupó los Países Bajos en mayo de 1940, había miles de judíos exiliados allí y uno de los movimientos de resistencia más fuertes en la Europa ocupada. No obstante ello, los nazis pronto lograron aplastar a la resistencia y los judíos de Holanda cayeron en la mira y comenzaron a ser deportados, como les había sucedido en Alemania y en Europa Oriental. Sin embargo, durante los primeros años de la ocupación, la política alemana era relativamente indulgente y les permitían a los judíos involucrarse con obras de teatro y entretenimiento. Allí, como en Berlín para la década de 1920, Gerron trabajó en un cabaret alemán de exiliados, y actuó con viejos conocidos suyos, incluyendo a Max Ehrlich, Eva Busch, Camilla Spira y Rudolf Nelson. Gerron también fue uno de los pocos alemanes exiliados a los que se les permitió actuar en obras de teatro holandés, puesto que manejaba bien el idioma. El respiro se terminó el 20 de septiembre de 1943, cuando Gerron y su familia fueron enviados a Westerbork.
Llegó a Westerbork bastante tarde pero pronto lo incluyeron en el exitoso grupo de cabaret para su tercera representación en el mes de octubre (que sería la última función de Camilla Spira). Compuso e interpretó una obra solista poco después de llegar, pero pronto, hacia fines de 1944, él y su esposa fueron trasladados a Theresienstadt, donde lo consideraban un ‘judío privilegiado’ por su fama y servicio en el ejército. El ‘campo modelo’ checo fue el último escenario de la carrera de Gerron. Cuando Gerron llegó, estaban en el proceso del programa de embellecimiento ya que se preparaban para una visita de la Cruz Roja danesa. A Gerron y a su esposa les asignaron un departamento y a él le dieron un papel en el cabaret local. Pronto le permitieron que fundara su propio cabaret, que se llamó ‘Karussell’. Su cabaret fue exitoso y popular con las SS y con el comandante del campo. El programa incluía canciones de “La ópera de los tres centavos”, canciones franceses y en idish, y canciones compuestas por los varios músicos que estaban presos en Theresienstadt.
El éxito que tuvo el engaño de los nazis con la Cruz Roja condujo al siguiente plan, aún más perverso: una película de propaganda sobre la vida en el campo. Por supuesto que Gerron, uno de los directores alemanes más reconocidos antes de 1933, fue elegido director de la película. Las SS estuvieron presentes en cada momento de la filmación, controlando los diálogos entre los actores, el personal y el director. Gerron y los otros trabajadores nunca recibieron una copia del guión ni se les permitía ver la película que filmaban. Simplemente le decían lo que se debía filmar a continuación y esperaban que lo hiciera. Uno de los pocos sobrevivientes de la película recordaba la imposibilidad de la situación, cómo las SS le ordenaban a Gerron que filmara una escena con judíos riéndose en una función de teatro. Los judíos, comprensiblemente, no tenían ganas de reirse. Aterrorizado por las consecuencias de la desobediencia,
cubierto en sudor, Gerron nos pidió, nos imploró, nos rogó disciplina, que siguiéramos los ordenes, absolutamente … y empezó a reirse de una manera contagiosa e irresistible, mientras su panza gorda temblaba. Así que realmente tuvimos que reirnos, aunque la situación para él y para nosotros no era para nada cómica… Luego se levantó frente a nosotros, pálido, sudado y riendo a carcajadas con su tambaleante panza. Y así filmaron las carcajadas de tres mil compatriotas alegres disfrutando de su glorioso espectáculo de variedades de verano.
La película incluía escenas de su cabaret y su última función de ‘Mack the Knife’ de agosto. Gerron, su esposa Olga y todos los que trabajaron en la película fueron transportados a Auschwitz en los transportes de octubre, y la película se terminó, editó y recortó sin la presencia del director. El ex-preso Vlasta Schön recuerda su incredulidad, no creía que estar en la lista fatal. Parado, “en la rampa, el tren estaba listo para salir. Gerron se arrodilló y pidió permiso para quedarse. Dijo: ‘¡Yo filmé esta película para ustedes!’. Las botas de un oficial de las SS lo patearon y lo empujaron hacia el interior del vagón”. Kurt Gerron fue asesinado el 15 de noviembre.
La controversia de su última película hizo sombra a la larga y distinguida carrera del actor y director. Lo criticaron por traicionar a su gente y por ser la fuerza principal detrás de esa propaganda. Sin embargo, más recientemente, comenzó a ser recordado por su vida notable y su contribución al legado cultural de Alemania. En 1999, Ilona Ziok realizó un documental completo sobre él, intitulado ‘El carrusel de Kurt Gerron’ (“Kurt Gerron’s Karussell”), y cada vez hay más interés en sus películas y canciones.
Referencia
Alkalay-Gut, Karen. ‘Kurt Gerron: Prisoner of Paradise’. http://www.jewish-theatre.com/visitor/article_display.aspx?articleID=1707
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Felsmann, B. & Prümm, K., 1992. Kurt Gerron -- Gefeiert und Gejagt, 1897-1944: Das Schicksal eines deutschen Unterhaltungskünstlers: Berlin, Amsterdam, Theresienstadt, Auschwitz, Berlin: Hentrich.
Jelavich, P., 2001. Cabaret in concentration camps. In Theatre and war, 1933-1945: performance in extremis. Balfour, Michael (Ed). New York: Berghahn Books.
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