El 7 de abril de 1933, el régimen de Hitler inició un ataque oficial contra la vida cultural de Alemania con la Gesetz zur Wiederherstellung des Berufsbeamtentums (“Ley para la Restauración de la Administración Pública Profesional”). A través del párrafo ario de la ley, “los funcionarios que no son de origen ario” debían ser despedidos. Con esta medida, los que no eran arios ('no ario' definido en ese momento como cualquier persona cuyos padres o abuelos fueran de origen judío) no podían ocupar ningún puesto en el sector público, en especial en instituciones culturales como conservatorios de música estatales, teatros de ópera, salas de conciertos y teatros. Sin embargo, luego de una serie de debates, se les permitió a los judíos continuar siendo artistas en su propia organización separada: la Jüdischer Kulturbund (“Asociación Cultural Judía”), originalmente denominada Kulturbund Deutscher Juden (“Asociación Cultural de Alemanes Judíos).
Kurt Baumann, un joven asistente de producción, desarrolló el plan preliminar de la Kulturbund para instalarla en Berlín a principios de 1933. En sus memorias, explicó:
Mi idea de fundar un círculo cultural judío se basó en números muy simples: en ese momento, había 175.000 judíos viviendo solamente en Berlín; había concentraciones similares en muchas otras grandes ciudades. Pensé que una ciudad con 175.000 habitantes podría tener su propio teatro, ópera, orquesta sinfónica, museo, conferencias e incluso un Hochschule (Instituto de Enseñanza Superior) con la proporción económica de una ciudad mediana.
Desde el principio, temió que su plan no fuera apoyado por los sionistas, quienes insistirían en que la organización debía llevar adelante sus actividades en idish o en hebreo, y por la mayoría de los judíos alemanes, quienes podrían responder a su propuesta de un centro cultural puramente judío exclamando: “¡No vamos a ingresar voluntariamente en un gueto!”. Sin embargo, en catorce días trabajó sobre una propuesta detallada y contactó al ex director de la Städtischen Oper (Teatro de Ópera Municipal) de Berlín, Kurt Singer, para quien había trabajado como asistente desde 1930 hasta 1932.
Singer había soñado con una organización similar y fue la oportunidad perfecta para defender a la Kulturbund. Había trabajado como médico del ejército en la Primera Guerra Mundial y era conocido y respetado por los círculos alemanes nacionales. Baumann y Singer revisaron el plan inicial, que no se diseñó originalmente como un emprendimiento a largo plazo, y reclutaron a otros líderes judíos, como el Gran Rabino de Berlín, Leo Baeck, el director de orquesta Joseph Rosenstock y el periodista Werner Levie. Cuando Baumann se acercó al crítico de teatro Julius Bab con el proyecto, éste último incrédulamente preguntó: “¿Nos permiten hacer esto?” Ciertamente no quedaba claro cómo la organización obtendría el apoyo del gobierno nazi.
Singer luchó por generar interés en varias oficinas gubernamentales pero eventualmente lo invitaron a reunirse con Hans Hinkel. Hinkel había sido designado jefe de la Preußischen Theater-Ausschuß (“Comisión de Teatro de Prusia”) por el nuevo ministro prusiano Hermann Göring inmediatamente después del ascenso de Hitler al poder y vio varias razones para apoyar a la Kulturbund: el régimen podría explotarla como propaganda y presentarla como supuesta prueba de que no se estaba maltratando a los judíos; podría funcionar como una salida cultural y fuente de ingreso para los judíos, lo cual ayudaría a apaciguar el descontento social; y, finalmente, la organización podría asegurar el fin de la participación de los judíos en la cultura alemana. En abril de 1933, Hinkel comenzó a negociar con Singer los términos operativos de la creación de la Kulturbund. Hubo varias estipulaciones: en la Kulturbund sólo trabajarían artistas judíos y estaría financiada por el público judío a través de una cuota mensual; sólo la prensa judía podría informar sobre los eventos de la Kulturbund, aislando aún más las actividades judías de la población alemana racialmente aceptada; los programas de la Kulturbund debían ser sometidos a la aprobación de Hinkel antes de cada actuación. Este último requisito le permitía al régimen promover el repertorio que les parecía apropiado para una organización judía, donde censuraban la cultura alemana y promovían la cultura judía. Para los líderes y miembros de la Kulturbund, esto condujo a un debate sobre qué implicaba judaísmo en el arte para cubrir el período en que funcionara la organización. Sin embargo, a mediados de mayo de 1933 y conforme con estas condiciones, la Kulturbund recibió el apoyo del gobierno nazi y una de las sociedades más paradójicas de la historia alemana comenzó.
La Kulturbund tenía ocho departamentos separados. Anneliese Landau daba conferencias regulares sobre música, que ejemplificaba a través de artistas de la Kulturbund. Ella pertenecía al departamento de conferencias de la Kulturbund, donde también estaban Julius Bab, Arthur Eloesser, Max Osborn, Julius Guttmann y Ernst Landsberger. Bab también dirigía el departamento de obras de teatro, que estaba asociado con el departamento de dramaturgia. Heinz Condell, Hans Sondheimer y Werner Levie supervisaban las áreas de vestuario y decorado, el departamento técnico y la dirección administrativa respectivamente. Levie, quien trabajó como editor económico en el periódico de Berlín Vossische Zeitung (el períodico recibió ese nombre por uno de sus primeros dueños: C. F. Voß) hasta 1933, también se desempeñó como secretario de Kulturbund y luego asumió un cargo más importante, como reemplazo de Singer en 1938.
Junto con Singer, Joseph Rosenstock dirigía el departamento de ópera, en el cual también trabajaba Baumann. El departamento de conciertos, relacionado con el de ópera, estaba liderado por Rosenstock, Singer y por el director de conciertos Michael Taube, quien había sido asistente de Bruno Walter en la Ópera Municipal de Berlín. Taube fue director de orquesta de una pequeña orquesta de la Kulturbund hasta que emigró a Palestina a fines de 1934. Luego de su partida, Rosenstock trabajó como su director de orquesta para expandir el grupo. Cuando él se fue a Tokio en 1936, Hans Wilhelm Steinberg (luego William Steinberg) lo reemplazó. Tres meses después, Steinberg viajó a Moscú y luego a Tel Aviv para dirigir la recientemente fundada Orquesta Sinfónica de Palestina, creada por el violinista Bronislaw Huberman, que luego fue conocida como Orquesta Sinfónica de Israel. Posteriormente lo sucedió Rudolf Schwarz, quien había trabajado como director de orquesta principal para el director de música principal, Josef Krips, en el teatro Badisches Landestheater de Karlsruhe de 1925 a 1933.
Las autoridades de la Kulturbund le alquilaron a la Rathaus (Alcaldía) de Berlín el Teatro Berliner en Charlotenstrasse, al noroeste de Berlín, como salón de actuaciones. Luego de dos años de ser el hogar de la Kulturbund, en 1935, la Kulturbund perdió el teatro ya que no pudo renovar su alquiler. Por lo tanto, las operaciones de la Kulturbund fueron transferidas a un lugar un poco más pequeño, al Teatro Herrnfeld en Kommandantenstrasse. Las autoridades de la Kulturbund hicieron construir un salón al lado del teatro para los conciertos de cámara, que abrió el 28 de noviembre de 1937 y comenzó a pasar películas el 24 de septiembre de 1939.
La Kulturbund no tenía derecho a recibir el subsidio gubernamental que tenían las instituciones musicales arias aceptadas. En su lugar, se cobraba una cuota de membresía para costear espacios de actuación y también los salarios de sus artistas. Los líderes de la Kulturbund publicaron las vacantes disponibles por todo Berlín: en sinagogas, cafés y escuelas musicales que todavía permitían judíos. De un total de 2.000 inscriptos, las autoridades contrataron para su primera temporada 35 actores y cantantes, 35 músicos de orquesta, 22 miembros de coro, 10 bailarinas, 25 técnicos, 26 cajeros y encargados de guardarropas, 10 empleados administrativos y muchos obreros. Aproximadamente 200 o el 10% de los aspirantes consiguieron empleo ese primer año, aparte de los directores de orquesta invitados, solistas de concierto y conferencistas.
El salario mensual promedio para los miembros de la ópera y la banda teatral era de 220 reichsmarks y para los miembros de la orquesta, de 180 reichsmarks. Con los crecientes gastos, la Kulturbund atravesó dificultades económicas. Para octubre de 1933, la Kulturbund tenía aproximadamente 12.500 miembros. Esa cifra se incrementó hasta llegar a 20.000 en el invierno (alrededor del 10% de la población judía). De 1934 a 1937, la membresía se mantuvo en 18.500 con nuevos miembros que reemplazaban a los que emigraban.
Luego de presentar la tarjeta de identificación y la entrada en la puerta, que probaban su ascendencia judía, los miembros podían asistir a dos eventos culturales por mes, alternando una ópera y una conferencia sobre filosofía, arte, religión o música un mes, y al mes siguiente un drama y un concierto. El 11 de septiembre de 1941, la Kulturbund se disolvió oficialmente. La Geheime Staatspolizei (policía secreta) citó el párrafo 1 de la orden del presidente del Reich del 28 de febrero de 1933 como la razón para liquidar la Asociación Cultural Judía: era necesario para proteger a la gente y al estado.
Por Lily E. Hirsch
Referencias
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