Werner Egk, conocido como Komponist des Wiederaufbaus (“compositor de la reconstrucción”), colaboró para reconstruir el escenario musical de una Alemania físicamente destruida y culturalmente desmoralizada en el período de la posguerra. Egk fue designado Director de la Academia de Música de Berlín y Presidente de la Asociación Alemana de Compositores, y además ocupó numerosos puestos de influencia en asociaciones musicales de la Alemania Occidental hasta su muerte en 1983. A pesar de ello, su carrera bajo el régimen nazi fue mayormente ignorada; hizo una gran carrera pero no se le dio importancia. Con excepción de un breve período de crítica durante una sublevación de estudiantes de izquierda en la década del 60’, recientemente se empezó a cuestionar si dicho rol secundario bajo el régimen nazi era tal. Esto no llama demasiado la atención puesto que incluso los nazis tenían dificultades para encontrar un mensaje político o ideológico en su música. Para muchos funcionarios nazis, Egk era un gran compositor pero su relación con el nazismo era difícil de definir. Los elogios hacia él, aunque efusivos, tendían a ser abstractos e idealistas. Como muchos compositores alemanes, Egk decidió alejarse de su entorno político. Si bien no se resistía activamente ni justificaba el accionar del Estado nazi, aceptó los honores del Estado y la admiración de Goebbels y Hitler sin participar directamente en las limpiezas y denuncias que definían las vidas de muchos de sus colegas.
Werner Egk, cuyo nombre real era Werner Joseph Mayer, nació en Auchsesheim (Baviera) en 1901. Con aptitud para la música de temprana edad, ingresó en el conservatorio municipal a los 18 años y luego estudió teoría, composición y dirección de orquesta con Carl Orff en Munich. Adoptó el pseudónimo Werner Egk por las iniciales del nombre de su esposa: Elisabeth, geborene Karl (“Elisabeth, apellido de soltera Karl”). Se mantuvo y mantuvo a su pequeña familia dictando clases particulares de música y luego consiguió trabajo en radio (actividad que le interesó de por vida). Después de estar varios años en Munich se mudó a Berlín, donde conoció a importantes representantes del arte vanguardista, incluyendo a Arnold Schoenberg, Hanns Eisler, Kurt Weill y Bertolt Brecht.