La Kampfbund für deutsche Kultur (“Organización de Combate por la Cultura Alemana”) fue fundada en 1929 por Alfred Rosenberg, con el objetivo de promover la cultura alemana mientras combatía la amenaza cultural del liberalismo. Irónicamente, esta organización –conocida por interrumpir conciertos y clases de música, insultar y amenazar artistas y distribuir panfletos provocativos y antisemitas- se creó originalmente para la elite de la nación. Hitler y otros líderes nazis estaban buscando una alternativa, más allá de la violencia organizada, y decidieron crear una organización cultural para acercar a los intelectuales.
Durante los primeros años de existencia, la Organización de Combate por la Cultura Alemana (relativamente pequeña y organizada a nivel regional) atrajo a muchos intelectuales y músicos. Con su conservadora agenda de combatir las influencias “degenerativas negras y judías”, puso mucha energía en promover la “limpieza” de museos, facultades y programas de conciertos de artistas no deseados. En general, la Organización de Combate por la Cultura Alemana apeló a los nacionalistas radicales y a los antisemitas, a aquellos que se sentían traicionados por la derrota de la Primera Guerra Mundial y por el Tratado de Versalles, y a aquellos que estaban indignados por las tendencias izquierdistas, modernas y ‘cosmopolitas’ de la República de Weimar.
La Organización de Combate por la Cultura Alemana no era muy agresiva inicialmente; recurría más a conferencias, intimidación y propaganda. Luego del ascenso de Hitler al poder en 1933, se volvió cada vez más violenta con el apoyo de las Stormabteilung (“tropas de asalto” o Camisas Marrones) y cambió tanto sus técnicas como su membresía. La Organización tenía su propia orquesta, la cual fue seleccionada para brindar un concierto especial para el cumpleaños de Hitler. También obtuvo el control sobre el importante periódico Die Musik, que le dio una salida oficial a las opiniones racistas y nacionalistas sobre música.
Rosenberg, la figura principal detrás de la Organización de Combate por la Cultura Alemana, esperaba ser recompensando por su éxito. Sin embargo, Goebbels convenció a Hitler de darle el control sobre la nueva Reichskulturkammer (Cámara de Cultura del Reich), que era una seria amenaza para la función de la Organización de Combate como árbitro cultural del Reich. Finalmente, el movimiento Kraft durch Freude (Fuerza a través de la Alegría) absorbió a la Organización de Combate por la Cultura Alemana y Rosenberg comenzó a ser marginado al recibir la tarea menor de manejar la organización cultural oficial del Partido Nazi. En esta fase de su existencia, la Organización de Combate por la Cultura Alemana actuaba principalmente como influencia musical y teatral, y luchaba por los derechos de los artistas ‘arios’ y por la exclusión de los no arios. Incluso este pequeño gesto de independencia duró poco tiempo y, para 1937, la Organización de Combate por la Cultura Alemana estaba completamente disuelta y asimilada a las otras organizaciones culturales del Partido Nacionalsocialista.