Durante la Segunda Guerra Mundial, la radio se convirtió en una herramienta de inmenso poder político. En 1936, cuatro millones de ciudadanos franceses tenían radio en sus hogares, con opción a elegir entre tres estaciones principales (Tour Eiffel, París-PTT y Radio-París) y también entre pequeñas estaciones privadas y provinciales. Después de la firma del armisticio, los nazis tomaron el control de todas las estaciones del norte y se focalizaron fuertemente en Radio-París; Vichy por su parte tomó el control de las estaciones del sur. Mientras tanto, se gestó otra estación principal llamada Radio-Londres, que transmitía desde Londres y presentaba un programa especial por la noche: Les francais parlent aux Francais (Los franceses les hablan a los franceses). Gracias a esta plataforma influyente de música, la composición de canciones en la época de guerra floreció para fines políticos cada vez más crueles.
Radio-Londres
Establecida el 18 de junio de 1940, Radio-Londres fue la voz de Francia Libre y transmitía hasta cinco horas al día. La primera transmisión, realizada por Charles de Gaulle, a menudo se considera el origen de la resistencia francesa. De Gaulle declaró que Francia todavía no había sido derrotada e invitó a todo aquel que pudiera a unirse a él en Londres. Terminó con la icónica frase: “pase lo que pase, la llama de la resistencia francesa no debe apagarse y no se apagará”.
Una de las características importantes de Radio-Londres era que se focalizaba en la música. Algunas canciones francesas fueron escritas en Inglaterra y transmitidas por Radio-Londres, tales como Le chant des Partisans (El canto de los partisanos) cantada por Anna Marly y La chanson du maquis (La canción de los maquis - guerrilleros de la resistencia) de Maurice van Moppes y Francis Chagrin, que también fue transmitida por aviones de la Real Fuerza Aérea británica en la Francia ocupada. Otras fueron escritas en Francia y enviadas a Londres, como l’Hymne de la Résistance (Himno de la resistencia) de Marcel Salin, Les Amis du maquis (Los amigos de los maquis) de Blanche Gabrielle y La Chanson de la Resístanse (La canción de la resistencia) de Jean Nocher. Asimismo Georges Gies y Pierre-Henri Teitgen (futuro Ministro de Información de la Liberación) intentaron enviar la canción de Humel, Liberation, a Londres, pero el avión que la transportaba se perdió en ruta. Después de la liberación, estas canciones fueron transmitidas por Radio-París también para poder instaurar el sentimiento patriótico al final de la guerra. Le Chant heroique de la Résistance (La canción de la resistencia heroica) de Blanche Gabrielle, por ejemplo, fue interpretada por Guy Lauro el 11 de noviembre de 1944, durante un período particularmente turbulento entre las fuerzas aliadas y la Alemania nazi, y el mismo día en que las fuerzas norteamericanas se desplazaron a la zona de Metz, en el norte de Francia. Entre el 13 de octubre y el 24 de diciembre de 1945, Paul Arma introdujo una serie de radio intitulada La Résistance qui chante (Canto de resistencia) dedicada a transmitir canciones menos conocidas que habían tenido un papel importante en la resistencia.
Les Amis du maquis fue una de las tantas canciones escritas por músicos franceses en Francia, la cual fue luego enviada secretamente a Londres para que se pudiera transmitir en Radio-Londres como un acto de resistencia. Esta estación de radio se convirtió en un salvavidas para la gente de Francia, ya que les recordaba que otros estaban con ellos allí, en espíritu, en su odio contra los nazis y en el deseo de libertad nacional nuevamente. La letra fue escrita por Blanche Gabrielle, artista de origen francés que quería mostrar su apoyo a los combatientes de la resistencia Maquis. La melodía fue tomada de La Carmagnole (“La Carmañola”), una canción de la revolución francesa de 1792 que describía el destino de Marie Antoinette y de aquellos que apoyaban la monarquía francesa; ésta se convirtió en una canción emblemática de Francia. Fue adaptada muchas veces en el siglo XIX y se menciona incluso en famosas obras de ficción como “Historia de dos ciudades” de Charles Dickens y “La pimpinela escarlata” de la Baronesa Orczy.
Además de transmitir canciones para levantarle el ánimo a los franceses y promover el espíritu nacional, Radio-Londres también criticaba la música y los músicos de Radio-París. Una famosa cancioncilla transmitida por Radio-Londres sonaba al compás de “La Cucaracha” (una balada folclórica española que se hizo popular en México durante la Revolución Mexicana) con la letra “Radio-Paris ment, Radio-Paris ment, Radio-Paris est Allemand” (Radio-París miente, Radio-París miente, Radio-París es alemana). Esta canción fue interpretada por el cantante satírico Pierre Dac, quien también denunció a los políticos franceses y a los nazis. Después del famoso encuentro del Almirante Darlan con Hitler en Berchtesgaden, por ejemplo, Dac escribió una canción con la melodía de Frere Jacques cuya letra decía: “Qui trahit la France? C’est Darlan! C’est Darlan!” (¿Quién traiciona a Francia? ¡Darlan!). Su canción Et tout ça, ça fait hacía una parodia de la canción de Maurice Chevalier, Ca fait d’excellents Francais, que fue transmitida por Radio-París y criticaba la codicia, la fama y la deslealtad de las estrellas francesas que decidieron cantar en la estación de radio colaboracionista Radio-París. Un compositor similar fue Maurice van Moppes, cuyas canciones fueron lanzadas con paracaidistas de la Real Fuerza Aérea británica en Francia a través de un pequeño panfleto intitulado Chansons de la BBC (Canciones de la BBC), ilustrado por el mismo Moppes, con una inscripción al dorso “les chansons que vous avez entendues à la radio vous sont apportées par vos amis de la RAF“ (las canciones que escucharon en la radio se las trajeron sus amigos de la Real Fuerza Aérea británica).
Georges Bégué, un espía de la Dirección de Operaciones Especiales comenzó con la tendencia a enviar mensajes codificados a los resistentes en Francia. Las transmisiones comenzaban con las palabras “Antes de empezar, por favor escuchen algunos mensajes personales”, luego incluían información para la resistencia, mensajes de agradecimiento a agentes y hechos personales como detalles del nacimiento de hijos de los agentes. Como las líneas estaban inundadas de estos códigos, especialmente a partir de junio de 1944, los nazis no podían estar al día con la decodificación. Los mensajes se tornaron cada vez más políticos y ellos reaccionaron e intentaron saturar las ondas de radio con ruido de fondo. (Los luchadores de la resistencia contraatacaron volando una de las transmisoras de Radio-París en Bourges el 8 de mayo de 1942). Pero la interferencia no fue lo suficientemente fuerte como para ahogar la música. El 1 de junio de 1944, se transmitió la Sinfonía N° 5 de Beethoven, con su código Morse 'V' (..._) de ‘victoria’. El mismo día, Radio-Londres transmitió la primera estrofa del poema de Verlaine Chanson d’automne (Canción de otoño), cuyas primeras tres líneas eran un mensaje codificado que informaba a la resistencia francesa que la invasión comenzaría en 24 horas. Estas líneas decían: “Les sanglots longs/ des violons/ de l’automne/ blessent mon coeur/ d’une langueur/ monotone“ (Los largos sollozos de los violines de otoño lastiman mi corazón con una monótona languidez). Cuatro días más tarde, a las 23.15hs, el resto de Chanson d’automne fue transmitida; nuevamente con un mensaje codificado. Esta vez el ataque empezaría en 48 horas y la resistencia debía iniciar operaciones de sabotaje, especialmente en el sistema ferroviario francés. Al día siguiente, las fuerzas aliadas comenzaron su ofensiva. El 15 de agosto, la emisora de radio enemiga, Radio-París, fue cerrada como parte de la liberación de París.
Radio-París
En París ocupada, la música era importante para la propaganda de radio, pero en una escala aún mayor para fines antitéticos. Radio-París empleaba a más de mil personas y a los nazis le costaba un millón de Marcos Imperiales o Reichsmarks llevarla adelante, lo cual revela la importancia que le atribuían. Sus primeras transmisiones se hicieron casi tres meses después de la invasión inicial, consolidando su papel en los esfuerzos de guerra nazi como otra rama del ejército. Aproximadamente la mitad de la producción diaria de Radio-París (45%) se dedicaba a la música, incluyendo un programa llamado Au rythme des temps (El ritmo del tiempo). A partir de marzo de 1942 se adaptaron canciones famosas de propaganda, por ejemplo, la melodía Aupres de ma blonde (Con mi novia), que fue utilizada como vehículo para la letra ‘au jardin d’angleterre, les bobards ont fleuri / Tous les menteurs du monde parlent a la BBC / Au gre de ces ondes, qu’il fait bon mentir’ (‘En el jardín de Inglaterra, el engaño ha florecido/ Todos los mentirosos del mundo hablan en la BBC/ Como las ondas de radio le dan la bienvenida, todos dicen buenas mentiras'). En promedio, Radio-París emitió alrededor de 75 conciertos sinfónicos al año, conciertos de cámara semanalmente y óperas cada 15 días. Asimismo, alentaba a las estaciones de radio privadas a tener un programa musical cada noche.
Inicialmente, hubo una fuerte división entre los programas culturales y de entretenimiento totalmente carentes de política y aquellos que se dedicaban a la propaganda. La idea detrás de esto era tener una máscara de normalidad, y en consonancia con este objetivo, en la estación de radio se emplearon principalmente ciudadanos franceses. El principal disc-jockey de música fue Pierre Hiegel, quien, desde el verano de 1940 hasta la liberación, presentó conciertos y grabaciones. Se convirtió en la voz más popular de la radio francesa. Ninguno de sus programas aludía a asuntos políticos y no hay evidencia de que haya estado involucrado en colaboración. De hecho, contrariamente a los deseos del director de la estación, Major Schmidtke, quien quería utilizar la música alemana para convencer a la gente de la superioridad de la cultura alemana, Hiegel ponía al aire principalmente compositores franceses, como Debussy, Fauré y Ravel, y se negaba a poner obras de alemanes como Lortzing, Lehar o Strauss. El Departamento de Propaganda (Propaganda Abteilung), creado por los nazis para controlar a la prensa y a las editoriales francesas, trató de imponer transmisiones de música alemana, pero se rindió luego de las dos primeras porque informes internos demostraron que no tenía ningún propósito. En cambio, los alemanes volvieron a la programación de música francesa ya que pensaban atraer a oyentes franceses y hacerlos más abiertos a los programas políticos. Los únicos vestigios del control nazi eran las interrupciones frecuentes para los discursos de Hitler en Berlín y la notable ausencia de música de compositores judíos.
En 1941, se creó la Grand Orchestre de Radio Paris (La Orquesta Sinfónica de Radio-París), dirigida por Jean Fournet. Se especializaba en tocar una combinación de música seria y popular, incluyendo las obras de Maurice Chevalier, con músicos populares como el pianista Alfred Cortot y la cantante Mistinguett. Mistinguett explicó que cantaba en Radio-París no para colaborar sino “para complacer al público y hacerlos olvidar lo que pasaba en Francia”. Los conciertos gratuitos también se daban en el Théatre de Champs-Elysées (Teatro de Champs-Elysées) para popularizar a la orquesta. En promedio se ofrecían 100 obras por semana con 33 solistas. Los grupos populares eran Chorale Emile Passani (El coro Emile Passani), Orchestres of Raymond Legrand (Orquesta de Raymond Legrand), Orchestre de Paris (La Orquesta de París, dirigida por el pianista Kostia de Konstantinoff) y Orchestra de Rennes Bretagne (La Orquesta de Rennes, en Bretaña, dirigida por Maurice Henderick).
La estación también se especializaba en música más experimental y transmitía obras como Puisque vous etes chez vous (Ya que estás en casa), que probaban sonidos experimentales. Un importante centro fue Studio d'Essai, creado por Pierre Schaeffer en 1943 en conjunto con la Universidad de París. Su misión era investigar los principios de transmisión de radio artística, como así también experimentar con la música concreta compuesta por sonidos grabados. Este mecanismo fue utilizado en el centro francés de radio resistencia, que en 1944 fue el responsable de las primeras transmisiones en París liberada. Schaeffer también preparó 100 horas de programas para utilizar en la liberación, incluyendo la propia grabación de Eluard de su poema Liberté (Libertad), que había sido creado por compositores como Poulenc. Estos episodios fueron transmitidos entre el 19 y el 24 de agosto.
Una de las preguntas clave que surgieron después de la guerra fue si quienes habían trabajado para Radio-París necesariamente eran colaboradores. Muchos franceses no podían comprender cómo músicos y disc-jockeys podían trabajar para una organización que estaba tan claramente bajo el pulgar de la propaganda nazi y de Goebbels. Algunos, como Maurice Chevalier, fueron criticados por Radio-Londres y acusados de ser colaboradores. Sin embargo, Chevalier se negó a tocar en Berlín cuando los nazis se lo pidieron. En cambio, accedió a tocar para los prisioneros de guerra en el campo donde él había sido encerrado durante la Segunda Guerra Mundial a cambio de la liberación de diez prisioneros. Oficialmente fue absuelto por un tribunal francés del cargo de colaboración. Hiegel enfrentó una respuesta igualmente ambivalente después de la guerra, pero le permitieron transmitir nuevamente a partir de 1950. Otros, como el director de orquesta Jo Bouillon, tuvieron que enfrentar un acertijo aún más difícil: originalmente contratado por la Radio Nacional de Vichy, Bouillon se negó a dar conciertos en Radio-París en 1942. Sin embargo, el político Philippe Henriot, que apoyaba a los nazis, tomó represalias y rompió su contrato con Vichy para que con el fin de evitar los campos de trabajo forzado (Service Travail Obligatoire) no tuviera ninguna otra opción más que aceptar el trabajo. Bouillon trabajó con Mistinguett y Chevalier, lo cual complicó la cuestión de si su trabajo caía en la colaboración o no, así como Josephine Baker (oficial de la resistencia francesa y amiga de Gaulle), quien se convirtió en su esposa en 1947. Para otros, Radio-París fue una de las pocas oportunidades de empleo durante el período de escasez de alimentos y calefacción. Este proceso de condena seguido de absolución se repitió en el caso de cada persona que trabajó para Radio-París, ya que la Commission d’Epuration decidió exonerar a los actores y a los músicos.
Radio-Nacional de Vichy
Radio-Vichy nunca logró la misma prominencia que sus contrapartes parisinas y británicas. En parte, esto se debía al hecho de que una gran cantidad de oyentes de Francia Libre escuchaba Radio-París y Radio-Londres, especialmente después de 1941, cuando Radio-París incrementó sus transmisiones. Estos oyentes ni siquiera fueron influenciados cuando Vichy intentó imponer que escuchar Radio-Londres sería un delito castigado con la pena de muerte. El Gobierno de Vichy además no estaba ideológicamente unificado. Entre las políticas idealistas y revolucionarias de Petain, las políticas más colaboracionistas de Laval, la falta de convicción de Darlan en el régimen nacional (este último se convirtió en una voz frecuente en Radio Vichy) y las pizcas de comunismo y resistencia en todo el sur de Francia, no hubo ningún mensaje político que la radio intentara difundir. La función política de Radio Vichy también fue socavada por Radio-París, que ridiculizaba a Petain y criticaba a Weygand y a Darlan, y por Radio-Londres, que difamaba a todo el régimen de Vichy. La consecuencia general de esta falta de unificación y solidaridad en Francia Libre fue que la Radio Nacional de Vichy no llegó a tener un papel muy significativo como las otras estaciones de radio durante la ocupación.
En lugar de una estación de radio dominante en Francia Libre, se hicieron populares emisoras de radio privadas y de menor escala. El Ministro Daladier introdujo una nueva ley que establecía que todas las estaciones de radio pequeñas pasaban a estar bajo su autoridad y censura con el fin de crear el monopolio estatal sobre la radiodifusión. Entre las estaciones establecidas estaba Radio-Jeunesse, que emitía canciones populares para levantar el ánimo y promover la unidad del espíritu. Este espíritu continuó con Jean Nohain en sus emisiones de Radio Vichy de 1941 dedicadas a la familia, donde transmitía canciones que evocaban la gloria del pasado y la vida en la patria. La Orquesta Nacional, que había sido disuelta durante la guerra, fue rearmada con nuevos músicos bajo la dirección de D E Inghelbrecht para tocar en estos espectáculos.
Otras estaciones de radio también transmitían canciones populares pero con fines de resistencia, como Radio Montpellier. Inicialmente logró evitar la censura, pero en mayo de 1941, después de la transmisión de la canción Prenez le temps d’aimer (Tómate el tiempo para amar) de Maurice Chevalier, que contenía una letra inadecuada, la estación fue suspendida por ocho días.
La expansión de las emisoras de radio, el crecimiento de oyentes, la cantidad de dinero invertido y la virulencia de las reacciones contra las estaciones de radio son un testimonio del inmenso poder que se le confirió a la radio durante la Segunda Guerra Mundial. El término la guerre des ondes (la guerra de la radiofrecuencia) se acuñó para referirse a las batallas verbales que había entre las diferentes estaciones de radio cuando las brutalidades de la guerra hacían estragos. La música desempeñó un papel crucial en todo esto, lo cual demuestra cuán importante fue durante la Segunda Guerra Mundial.
Por Daisy Fancourt
Referencias
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Dac, Pierre Un francais libre a Londres en guerre (Paris, 1972)
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Licata, Thomas Electroacoustic Music: Analytical Perspectives (Westport, 2002)
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Meadel, Cecile ‘Pauses musicales ou les éclat ants silences de Radio-Paris’ La Vie Musicale Sous Vichy, ed. Chimenes, (Brussels, 2001)
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