La vida musical bajo el Régimen de Vichy
En los años de entreguerras, Vichy fue la capital de la música. Cuando se firmó el armisticio en 1940, la libertad que había disfrutado hasta entonces se terminó, aunque la vida musical continuó y hasta se podría decir que floreció durante la Segunda Guerra Mundial.
En los primeros meses de la ocupación, los conciertos organizados bajo el Régimen de Vichy parecían estar motivados por el deseo de ayudar a los franceses más que por una cuestión de colaboración. Por ejemplo, en julio de 1941, se estableció una oficina para organizar espectáculos con el fin ayudar a luchar contra el desempleo. Estos incluyeron conciertos de Alfred Cortot, como así también de la Legion francaise des combattants (Legión francesa de combatientes). En total, más de 300 músicos se presentaron en Vichy entre 1940 y 1944. Por lo general, la música que se tocaba era similar a la que había antes de la guerra, pero con menos obras alemanas y ninguna obra ‘judía’. A partir de 1942, las ganancias de los conciertos se destinaron a la Cruz Roja y a Secours National (servicios de emergencia) y, desde 1943, también a los prisioneros de guerra franceses. El Ministro Nacional para la Reubicación de los Prisioneros de Guerra, Maurice Pinot, quien apoyaba a Pétain pero estaba en contra de la colaboración, también organizó un ciclo de conciertos dedicados a la música compuesta por los prisioneros de guerra franceses, el cual fue transmitido por radio a los mismos prisioneros. Una de las obras que surgió de este ciclo fue Symphonie en sol majeur (Sinfonía en sol mayor, 1941) de Henri Challan. Fue interpretada por la Societé des concerts du conservatoire (Sociedad de Conciertos del Conservatorio) bajo la batuta de Jean Guitton, quien era un ex prisionero. Otra obra del mismo concierto fue Le Livre pour Jean (El libro de John) de Maurice Thiriet, quien había sido encarcelado en Ziegenhain, Alemania occidental, junto a Francois Mitterrand (luego Presidente de Francia). Algunos de los compositores todavía estaban en prisión en el momento en que se interpretaron sus obras. Por ejemplo, Psaume CXXII (Salmo 122) fue compuesta para el ciclo de Emile Goué, quien fue encarcelado en Nienburg, al norte de Alemania, en junio de 1940 y murió justo después de su liberación en 1946. Poeme symphonique sur un texte de Charles Peguy (Poema sinfónico sobre un texto de Charles Peguy) fue escrita por Emile Damais, quien sobrevivió a la guerra.
Las actividades musicales gradualmente se tornaron más colaboracionistas ya que Pétain y su gobierno se involucraron más en la vida cultural. Pétain intentaba crear un ambiente adecuado para la renovación de los 'valores franceses' de travail, famille, patrie (trabajo, familia, patria). Vichy tenía a su disposición dos compañías de ópera, cuatro orquestas sinfónicas y numerosos conjuntos de cámara para promover su propaganda. Los grupos organizados por el gobierno, como Chantiers de Jeunesse (Campos juveniles), daban conciertos de canciones patrióticas para levantar el perfil del Estado. Estos conciertos eran transmitidos por Radio-Vichy para incrementar su audiencia. Este tipo de conciertos se extendió a otras ciudades (como Marsella), las cuales gradualmente se unificaron más ideológicamente con Vichy. Marsella experimentó dificultades materiales durante la guerra, y el entretenimiento fácil, como la música, que distraía a la gente de sus dificultades, se hizo extremadamente popular. En consecuencia, la gente de Marsella se convirtió en una presa fácil para Vichy puesto que su entusiasmo por la música los hacía más receptivos a los mensajes políticos que se incluían en las canciones. A pesar de ello, Vichy utilizaba revistas como La revue des beaux arts de France (Crítica de Bellas Artes de Francia) para negar cualquier influencia política en su música y afirmaba que “no se imponían reglas estéticas”.
Vichy también encargó numerosas obras nuevas. La Administration des Beaux-Arts (La Administración de Bellas Artes), inicialmente creada para aliviar las dificultades económicas de la década de 1930, comenzó otorgando comisiones a los compositores para darles un incentivo para trabajar. Darius Milhaud, Germaine Tailleferre y Charles Koechlin estuvieron entre los primeros doce a los que se les encargaron obras en 1938, seguidos por Delvincourt y otros siete en 1939. Sin embargo, desde la firma del armisticio y la división de Francia, el esquema comenzó a restringir a los compositores que empleaba a sólo aquellos que mantenían las ideas conservadoras, anti-modernistas y pro católicas del régimen. En total, 81 obras fueron escritas especialmente para el Gobierno de Vichy durante la ocupación, las cuales se interpretaron por todo el país y también por radio.
Entre los compositores marginados del nuevo entorno político estaba Olivier Messiaen. Enrolado en el ejército como auxiliar médico, fue capturado y encarcelado en Verdún en 1940. Cuando estuvo en el Stalag (campo de prisioneros de guerra), unió fuerzas con un violinista, un violonchelista y un clarinetista que estaban entre los prisioneros y escribió piezas para ellos, las que luego incorporó en su Quatuor pour la fin du temps (Cuarteto para el fin de los tiempos). Se estrenó en enero de 1941 en la cárcel y cuatro meses después Messiaen fue liberado y regresó a París. Si bien Vichy nunca prohibió sus obras formalmente, las excluyó de la corriente dominante de la vida musical y no le solicitó ninguna obra al compositor, a pesar de su destacada posición como profesor de armonía en el Conservatorio. Su música se distinguió de la de sus predecesores y contemporáneos y, por lo tanto, no podía reforzar la rica herencia musical francesa que Vichy deseaba promover. Asimismo se la consideró demasiado moderna para el régimen conservador.
En contraste, las obras preferidas incluyeron las de Marcel Delannoy, cuyas composiciones eran tan populares que fueron grabadas por Pathé junto con la obra teatral Pelléas et Mélisande de Debussy en 1941. La obra Ginevra de Delannoy intentó revivir la ópera cómica, que había sido un formato popular en Italia y en Francia en los siglos XVII y XVIII. También combinaba el estilo italiano bel canto (canto) con citas de compositores italianos como Pergolese y Cimarosa. Vichy esperaba que al resaltar la fuerte herencia musical de Francia y combinándola con estilos musicales alemanes e italianos, Francia pudiera mostrar su comparable riqueza cultural y su sofisticación. Pétain vio esto como un medio para combatir la preocupación de la superioridad alemana. La programación de conciertos colaboró con este plan: las obras encargadas por Vichy solían ser interpretadas con obras alemanas. Por ejemplo, Surya de Alfre Bachelet se presentó en 1942 junto a Lohengrin de Wagner.
Otra obra popular y con carga política fue Ode à la France blessée (Oda a una Francia herida) de André Gailhard, quien trabajó para el Comité des Beaux-Arts (Comité de Bellas Artes) con Alfred Cortot. El poema sinfónico con coro de Gailhard habla de la guerra y para finalizar vislumbra una Francia que despierta en una nación unida y en el amanecer de una nueva era. El trabajo también recurrió a la música popular de L'Arlesienne (La joven de Arlés) de Bizet, que reforzaba la importancia de la herencia cultural de Francia. Otros encargos importantes incluyeron Réquiem de Duruflé, el único encargo de Vichy que todavía se presenta hoy en día.
La ocupación del sur de Francia por parte de los nazis en 1942 intensificó la intervención política en la vida musical. Las interpretaciones nocturnas se complicaron por los toques de queda. Las obras alemanas experimentaron un renacimiento en forma de propaganda, mientras que las obras populares francesas e italianas, que amenazaban con socavar la superioridad de la música alemana, como la ópera Lakmé de Leo Delibes y Madame Butterfly de Giacomo Puccini, fueron prohibidas. En 1943, la mayoría conciertos realizados en Marsella estuvieron a cargo de la Filarmónica de Berlín en lugar de orquestas francesas. A partir de 1944, la cantidad de interpretaciones disminuyó porque los nazis dirigieron su atención al esfuerzo de guerra. La vida musical recién se reanudó después de la liberación de Vichy, en agosto, y esta vez con un objetivo político renovado: demostrar coraje, el espíritu inagotable de Francia y reintroducir la alegría en un país que sufrió por mucho tiempo.
Por Daisy Fancourt
Referencias
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Chimènes, Myriam ‘Alfre Cortot et la politique musicale du gouvernement de Vichy’ La Vie Musicale Sous Vichy, ed. Chimenes, (Brussels, 2001)
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