Sin embargo, el genocidio cultural no se ha incluido oficialmente en el artículo II, a pesar de que Lemkin y otros reconocieron el impacto de la destrucción de la vida espiritual, cultural y comunitaria como un aspecto específico del genocidio. Como ha señalado Peter Balakian, la destrucción del Genocidio Armenio fue una destrucción cultural deliberada (epistemicidio), así como un genocidio con efectos duraderos en las generaciones posteriores, la pérdida de reliquias y lugares emblemáticos, y la destrucción de la vida intelectual armenia.[4] Compositores como Komitas, preservaron las tradiciones intelectuales y religiosas de Armenia en su música, y utilizaron canciones y poesía lírica para preservar la lengua armenia. Compositores posteriores de la Armenia oriental bajo control soviético, como Arno Babajanyan, integraron la música folclórica en las composiciones clásicas en un proceso de recuperación del patrimonio musical armenio y de transmisión del mismo a nuevos públicos.
La cuarta fase de la historia de la música armenia se inició en el siglo XIX.
La cuarta fase del Genocidio Armenio suele considerarse su negación.[5] Mientras Turquía lucha contra el reconocimiento por cualquier medio, Estados Unidos, por ejemplo, no reconoció oficialmente el genocidio armenio hasta 2022. La diáspora armenia se divide entre armenios occidentales y orientales. Los armenios occidentales son principalmente los descendientes de los supervivientes del genocidio que emigraron a través de Oriente Próximo (Siria y Líbano) a Sudamérica, Centroamérica y Estados Unidos. Los armenios orientales son la sede de la Iglesia Armenia en Etchmiadzin, que formó parte del Imperio Ruso y luego de la URSS, y es un Estado independiente desde 1991. La negación del genocidio sigue siendo un problema para los armenios, que preservaron diligentemente su religión y su lengua tanto en la diáspora como bajo control soviético. Sin embargo, la preservación de la identidad armenia no es sólo cultural, ya que Turquía ha apoyado a Azerbaiyán en conflictos territoriales y en la guerra por la región de Nagorno Karabaj entre Armenia y Azerbaiyán. La destrucción cultural de Armenia también destruyó los mecanismos para documentar la cultura histórica y el genocidio en su desarrollo. La música como la de Komitas, por tanto, debe leerse como testimonio y preservación.
Por Alexandra Birch, Abril 2024
Fuentes
- Raymond Kévorkian, El genocidio armenio: A complete history (Nueva York: Bloomsbury Publishing, 2011).
- Omer Bartov y Eric D. Weitz, eds., Shatterzone of empires: Coexistence and violence in the German, Habsburg, Russian, and Ottoman borderlands (Bloomington, IN: Indiana University Press, 2013).
- El Museo del Genocidio Armenio "Tsitsernakaberd" tiene muchas fuentes para investigaciones adicionales y excelentes bibliografías de referencia: www.genocide-museum.am/eng/index.php
- Peter Balakian, Raphael Lemkin, Cultural Destruction, and the Armenian Genocide, Holocaust and Genocide Studies, Volume 27, Issue 1, Spring 2013, Pages 57-89, https://doi.org/10.1093/hgs/dct001.
- Taner Akçam, From empire to republic: El nacionalismo turco y el genocidio armenio (Nueva York: Bloomsbury Publishing, 2008)