Incluso en medio de los horrores del Holocausto, hay eventos que se destacan por su magnitud y crueldad. Uno de esos eventos tuvo lugar el 3 de noviembre de 1943 y se denominó en clave (con el típico cinismo nazi) la “Fiesta de la Cosecha" o Aktion Erntefest. El día comenzó como de costumbre, con la toma de lista masiva, en el campo de concentración y muerte polaco Majdanek y en los campos de trabajo de Trawniki y Poniatowa. Sin embargo, una vez que terminaron de contar a los prisioneros, los oficiales de las SS les ordenaron a los reclusos judíos que formaran un grupo por separado y que se quitaran la ropa. Días antes, los habían obligado a cavar grandes zanjas en las afueras de los campos y ahora los conducían hacia esas tumbas recién cavadas. Antes de que comenzara la matanza, sin embargo, era necesario completar una parte final del plan: conectaron dos grandes altavoces y la música de marcha comenzó a sonar. En ese punto comenzó el tiroteo, que se prolongó durante horas, según recordaba un testigo:
Después de las primeras rondas, el ruido de los altavoces disipó los otros disparos. Los altavoces, que estaban sujetos a las torres de control, transmitían música de baile alegre a todo volumen… La música inundaba todo el campo. El eco de los disparos sólo se escuchaba en las breves pausas que se hacían para cambiar los discos… La música se cortaba a alrededor de las cuatro de la tarde. Ahora sólo escuchábamos disparos aislados provenientes de los crematorios.
La masacre, que se cobró más de 40.000 vidas, aparentemente fue una reacción a las derrotas de guerra nazis, como así también a los levantamientos judíos en el gueto de Varsovia, Treblinka y Sobibor. Las víctimas de la Aktion Erntefest fueron sólo algunas decenas de miles de personas que fueron asesinadas o murieron de hambre, enfermedad y agotamiento, en este campo al este de Polonia.
A diferencia de la mayoría de los campos de concentración nazis, Majdanek fue construido en las inmediaciones de una ciudad grande y densamente poblada, la ciudad de Lublin. No estaba camuflado ni oculto entre barreras naturales; estaba a la vista de los habitantes de la ciudad. Se construyó en 1941 y, como Auschwitz, funcionó como campo de concentración y como campo de exterminio. Inicialmente albergó a prisioneros de guerra soviéticos capturados por el ejército alemán. Dichos soldados eran sometidos a malos tratos y los hacían trabajar en exceso. Además, muchos (ya debilitados por el hambre y el cansancio) murieron por una epidemia de tifus en el invierno de 1941-1942. En Majdanek, la tasa de muerte "natural" fue una de las más altas de los campos nazis. Una gran cantidad de judíos, como así también de prisioneros políticos polacos y miembros de la clandestinidad, fueron internados y asesinados en el campo.
En Majdanek, las operaciones de asesinato masivas en las cámaras de gas se iniciaron en el otoño de 1942 y continuaron hasta fines de 1943. El campo fue liberado por los soviéticos en julio de 1944 y, aunque los nazis quemaron todos los registros antes de huir, no lograron destruir el propio campo, por lo que hoy en día es el campo de concentración nazi mejor conservado.
La población de prisioneros de Majdanek era diversa e incluía a judíos de muchos países, soldados soviéticos y prisioneros políticos de todo tipo. Durante los primeros años del campo, los reclusos soviéticos y la comunidad de judía eslovaca se hicieron conocidos por su actividad musical. Existe evidencia de que ambos grupos con frecuencia cantaban las canciones de su tierra natal en sus búnkeres por la noche y mientras trabajaban, aunque estaba prohibido. Además, después de la toma de lista, los judíos religiosos se reunían en secreto para cantar juntos por la noche. En la primavera de 1942, un prisionero desconocido compuso la canción "Los judíos del campo de concentración de Lublin" (un nombre alternativo para Majdanek).
Estas formas limitadas de hacer música clandestinamente se expandieron en 1943, cuando se levantó la prohibición para los entretenimientos culturales. La administración del campo permitió el canto y los grupos musicales, pero a los prisioneros sólo se les permitía continuar con estas actividades antes y después de la toma de lista y del trabajo, por lo que había tiempo y energía limitados para ello. Se crearon varios coros en el campo: los judíos griegos y bielorrusos formaron un coro, y el coro de mujeres polacas cantaba los domingos en el campo de mujeres. Entre las mujeres detenidas, las prisioneras políticas a veces presentaban conciertos y espectáculos de variedades.
Además de la evidencia de coros organizados, hay registros de canto individual y grupal en las barracas, en el camino hacia el trabajo o simplemente en momentos aleatorios de tranquilidad o libertad de los guardias. Una cantante de opereta de Varsovia daba mini conciertos de canciones alegres y divertidas en las barracas. Zofia Karpinska escribía poemas y letras. También había otras varias canciones que escribían los prisioneros para conmemorar el sufrimiento y la muerte de sus familiares y comunidades. En febrero de 1943, un prisionero desconocido escribió "Majdanek, nuestra vida y nuestra muerte", que describe los asesinatos en masa de los judíos polacos en el campo. Otra canción que fue muy popular tenía un estribillo que decía: "nunca hubo y nunca habrá en ningún lugar de la tierra un sol como el que brilla sobre nuestro Majdanek". Un ex prisionero recordaba que
la cantábamos por todos lados, todo el día, en el trabajo, a la hora de comer, antes de ir a dormir e incluso cuando nuestros carceleros nos pateaban y nos golpeaban. Por la noche, cuando yacíamos en nuestras literas con el estómago vacío y desesperados, tarareábamos la canción de Majdanek e imaginábamos campos y bosques, pueblos y aldeas… teníamos visiones de paz y alegría. Y por un corto tiempo, la carga pesada que presionaba nuestros corazones se disolvía en lágrimas curativas de esperanza y anhelo.
Referencias
Fackler, G., 2000. "Des Lagers Stimme"– Musik im KZ. Alltag und Häftlingskultur in den Konzentrationslagern 1933 bis 1936, Bremen: Temmen.
Silverman, J., 2002. The Undying Flame: Ballads and Songs of the Holocaust, Syracuse University Press.
Stompor, S., 2001. Judisches Musik- und Theaterleben unter dem NS-Staat, Hannover: Europaisches Zentrum fur Judische Musik.
Weinreich, R. ed., 2002. Verachtet, verfolgt, vergessen:Leiden und Widerstand der Zeugen Jehovas in der Grenzregion am Hochrhein im "Dritten Reich", Hausern: Signum Design.