Marysia Ayznshtat fue una de las figuras musicales más queridas del gueto de Varsovia. El pianista Wladislaw Szpilman dijo sobre ella:
Si los alemanes no la hubieran asesinado, habría sido una artista muy famosa ahora por su maravillosa voz.
Hoy en día se sabe poco de ella, pero en los años en que hacía presentaciones musicales (antes de la liquidación del gueto), logró dejar una gran impresión entre los afortunados que pudieron escucharla. Marysia nació en 1921 y provenía de un entorno musical (su padre, Dovid Ayznshtat, era una figura musical muy conocida en Varsovia). De niña era una participante entusiasta de todo tipo de actividades musicales y actuaciones escolares. Recibió educación musical general en la escuela secundaria Chopin de Varsovia y educación secular en una escuela sionista. Aunque su verdadero amor era el canto, también se capacitó en piano. Bajo la tutela de su padre, conoció los clásicos y se enamoró de la música romántica. También siempre le gustaron las canciones folclóricas en idish de su infancia.
Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, Marysia estaba triste y temía por lo que le podría pasarle a ella y a su pueblo. Desesperada por el futuro de su Polonia natal, decidió irse a Rusia. Sin embargo, si bien contaba con la aprobación de su padre, su madre no podía soportar la idea de despedirse de su hija e insistió en que se quedara. Poco después, llegaron los nazis y la familia de Ayznshtat, junto con decenas de miles de judíos de Varsovia, fue encerrada como ganado en el gueto. Marysia al principio, mientras estaba encarcelada en el gueto, comenzó su carrera como cantante. Antes de la invasión, cantaba sólo informalmente para familiares y amigos. En el gueto, rápidamente se hizo conocida como cantante de ópera y canciones folclóricas y fue apodada el “ruiseñor del gueto”. Con frecuencia actuaba en el teatro Femina de la calle Leshno, acompañada por su padre. Además de ser una intérprete solista frecuente, también cantaba en el coro de niños.
Durante una selección en el gueto, sus padres fueron colocados en un vagón diferente al de ella. Desesperada por estar con ellos, Marysia salió corriendo hacia donde ellos se encontraban y recibió un disparo de un oficial de las SS. Falleció a los 21 años.
Referencias
Fater, Y., 1970. Yidishe muzik in poyln tsvishn beyde velt-milkohmes, Tel Aviv: Velt federatsye fun poylishe yidn.
Stompor, S., 2001. Judisches Musik- und Theaterleben unter dem NS-Staat, Hannover: Europaisches Zentrum fur Judische Musik.
Szpilman, W., 1999. The Pianist: The Extraordinary Story of One Man's Survival in Warsaw, 1939-45, London: Victor Gollancz.