Bertolt Brecht: Exilio y lucha durante la Segunda Guerra Mundial

Bertolt Brecht (1898-1956) fue uno de los dramaturgos y poetas más importantes del siglo XX. Crítico acérrimo del fascismo y el capitalismo, su carrera estuvo profundamente marcada por las convulsiones políticas de su época. Aunque es ampliamente conocido por sus innovaciones teatrales y sus críticas de inspiración marxista, sus años de exilio durante y después de la Segunda Guerra Mundial desempeñaron un papel crucial en la configuración de su trayectoria personal y profesional.

Su exilio fue más que un desplazamiento geográfico: fue un viaje emocional y psicológico de supervivencia, resistencia y resiliencia artística. La separación forzosa de su patria no fue una mera consecuencia política, sino un trauma profundamente personal que afectó al núcleo de su identidad como escritor, alemán y pensador político y que remodelaría su obra y su visión del mundo.

El exilio temprano y la lucha contra el fascismo

Brecht abandonó Alemania en febrero de 1933, poco después del ascenso de Hitler al poder, llevando consigo una maleta de pertenencias y el peso de la pérdida y la incertidumbre. Sus obras, cada vez más críticas con la República de Weimar y abiertamente opuestas a la ideología nazi, fueron uno de los muchos libros quemados por el régimen en mayo de ese año. Aunque nunca fue miembro del Partido Comunista, había comenzado a estudiar el marxismo a finales de la década de 1920 e incorporó sus principios a sus obras teatrales y escritos. Esta alineación ideológica le convirtió en objetivo de los nazis.

Su primer destino fue Escandinavia, donde Brecht experimentó el aislamiento como refugiado político. Al principio se refugió en Dinamarca, en casa de la escritora Karin Michaëlis, antes de adquirir una vivienda en Svendborg. De 1933 a 1939, coeditó la revista antinazi Das Wort y siguió escribiendo obras de teatro, entre ellas Miedo y miseria del Tercer Reich, que abordaba directamente el ambiente opresivo de la Alemania nazi. Durante este periodo, Brecht también pasó un tiempo en la Unión Soviética, donde se relacionó con otros intelectuales exiliados y observó de primera mano el sistema socialista. La seguridad de Dinamarca, y más tarde de Suecia, fue un respiro frágil y temporal frente a la tormenta del fascismo.

Brecht en América: Colaboración y conflicto

En mayo de 1941, Brecht llegó a Estados Unidos y se instaló en Santa Mónica, California, en medio de una floreciente comunidad de intelectuales europeos expatriados. A pesar de la rica escena cultural, Brecht encontró en Hollywood un encaje incómodo, su glamour superficial, sentido como una burla cruel de sus serias intenciones artísticas y políticas. Se integró en la comunidad de emigrantes de habla alemana de Los Ángeles, donde pronto se vio clasificado como "extranjero enemigo" debido a sus inclinaciones políticas y sus orígenes alemanes. Esperaba ganarse la vida como guionista, pero su éxito fue limitado, un duro recordatorio de su condición de forastero.

Aunque la colonia de exiliados incluía a figuras prominentes como Heinrich y Thomas Mann, Lion Feuchtwanger, Anna Seghers, Oskar Maria Graf y Joseph Roth, la estancia de Brecht en Estados Unidos estuvo marcada por un sentimiento de aislamiento y lucha. Su experiencia del exilio se reflejó en sus escritos, a través de entradas de diario, correspondencia y poesía, en los que exploraba la precaria existencia de los intelectuales exiliados. Privado de muchos medios de publicación tradicionales y aislado de su público, Brecht dependía de una red cada vez más reducida de contactos editoriales, una situación que ya había empezado a deteriorarse a finales de los años treinta. Su poesía del exilio refleja no sólo un sentimiento de desplazamiento personal, sino también un intento más amplio de forjar una identidad colectiva entre los exiliados, evocando el espíritu de la visión de Heinrich Mann de un "frente popular" contra el fascismo.

A pesar de estas penurias, Brecht encontró algunas oportunidades en Hollywood. Su contribución más destacada fue la coescritura del guión de «Los verdugos también mueren» (1943), una película basada en el asesinato del oficial nazi Reinhard Heydrich. La película, dirigida por Fritz Lang y con música de Hanns Eisler, sigue siendo el único guión de Brecht producido en Hollywood. Sin embargo, sus esfuerzos por establecerse en la industria cinematográfica fueron en gran medida infructuosos.

Berlín Reunión del Comité Preparatorio de la Academia de las Artes de la RDA, el 21 de marzo de 1950, a la que asisten el escritor, poeta y director Bertolt Brecht (derecha) y el compositor Hanns Eisler (izquierda). Bundesarchiv vía Wikimedia Commons. (coloreado)

Durante su estancia en Estados Unidos, Brecht escribió algunas de sus obras más famosas, entre ellas La madre coraje y sus hijos (1941), La buena persona de Szechwan (1943), The Caucasian Chalk Circle (1944), y The Resistible Rise of Arturo Ui (1941), que satirizaba el ascenso de Hitler al poder. Su compromiso con el pensamiento marxista se mantuvo firme, y sus obras siguieron reflejando su crítica al fascismo y al capitalismo.

Sin embargo, sus opiniones políticas le sometieron a un escrutinio cada vez mayor. A mediados de la década de 1940, con el recrudecimiento de la Guerra Fría, Brecht se convirtió en objetivo del Comité de Actividades Antiamericanas de la Cámara de Representantes (HUAC), que trataba de desenmascarar y poner en la lista negra a los sospechosos de simpatizar con el comunismo en Hollywood. En 1947, Brecht fue citado a declarar ante el HUAC. Aunque negó haber sido nunca miembro del Partido Comunista y respondió a las preguntas con evasivas estratégicas, la experiencia reforzó su convicción de que Estados Unidos no era un lugar seguro para él.

Vuelta a Europa e impacto duradero

Al día siguiente de su declaración ante la HUAC, Brecht abandonó Estados Unidos y se trasladó primero a Suiza, para instalarse finalmente en Berlín Este en 1949. En Berlín fundó el Berliner Ensemble, una compañía teatral dedicada a su concepto de teatro épico. Aunque su exilio estadounidense estuvo marcado por la persecución política y la frustración artística, también reforzó sus convicciones ideológicas y dio forma a las obras que produciría en sus últimos años.

La experiencia del exilio de Brecht es un capítulo crucial de su vida, no sólo por las obras y las ideas políticas que fomentó, sino también por los retos personales que conllevó. Su desplazamiento reflejó las luchas más generales de intelectuales y artistas bajo regímenes opresivos, aunque siguió produciendo obras que criticaban esos mismos sistemas. Su enfrentamiento con la histeria anticomunista estadounidense fue paralelo a sus anteriores luchas contra el fascismo europeo, y puso de relieve los persistentes conflictos ideológicos del siglo XX. A pesar de estas dificultades, el impacto de Brecht en el teatro, la literatura y el pensamiento político sigue siendo profundo, y sus obras siguen siendo ampliamente estudiadas y representadas en la actualidad.

Fuentes

Enciclopedia del Holocausto del Museo Conmemorativo del Holocausto de Estados Unidos - Berthold Brecht. Consultado en marzo de 2025.

Fundación de Poesía, Berthold Brecht. Consultado en marzo de 2025

Evelein, Johannes F. Brecht y el exilio, capítulo 10 de Brecht in Context pp. 89-96, Cambridge University Press:  28 de mayo de 2021